Cosas casi perdidas, cuidadosamente cuidadas
Tres años después de la guerra, Harry está perdido, a la deriva, y se siente olvidado. En un esfuerzo por controlar su vida, se compromete a limpiar Grimmauld Place de arriba a abajo y a obligarla a ser un hogar, le guste o no. La vieja y ruinosa casa está llena de antigüedades, y Harry se sorprende al descubrir que nada menos que Draco Malfoy regenta la tienda de antigüedades local. Malfoy es educado, demasiado educado, y Harry pronto se encuentra con una misión: molestar y fastidiar a Malfoy con las antigüedades más horribles y absurdas que pueda encontrar. Pero en el camino, Harry llega a apreciar a Draco, su trabajo y el poder de conectar con las personas que le precedieron. Es una lección difícil, pero Harry aprende que si quiere construir un futuro, tiene que reconectarse con su pasado, y Draco podría ser quien le ayude a hacerlo.