Lujo Supremo
La avaricia encontrándose con la lujuria nunca hizo nada más que aumentar el pecado.
***
"No, yo- qué, yo... Tú- tú me manipulaste!" Señalando lo obvio, Anastasia se retorció bajo ella, pero la condesa no la dejó ir muy lejos.
"Qué fascinante." Suspiró. "Hay dos opciones que puedes tomar. O bien, ocupas tu lugar como mi consorte con gracia, y recibirás mi lujo. O bien, no aceptas tu lugar y tendré que obligarte."
Las lágrimas perlaban en los ojos de la rubia, tan bonitas. "Te odio."
"Oh, draga, ambas sabemos que no. Puedes pensar que sí, pero hay una razón por la que seguiste regresando, una y otra vez, y no fue por el sueldo."