Lord Mortis El Accidente
Harry Potter nunca ha sido bueno mintiendo bajo presión, y su último error lo mete en graves problemas. Ahora es el Señor de una casa de Nigromantes extremadamente antigua, extremadamente Oscura y previamente extinta. Por suerte para él, tiene amigos que pueden seguirle el ritmo y enemigos que están decididos a sacar conclusiones erróneas. Historia de madurez sobre la familia encontrada, aterrorizar a tus enemigos, decirle al hombre que se vaya a la mierda, y pequeñas abominaciones malvadas que solo quieren que les rasquen las orejas.
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Harry parpadeó. Tuvo que detenerse antes de hacer algo muy estúpido, como gritar en un lugar público o intentar correr y chocar contra una pared.
Esperando a una pequeña distancia de la salida del ascensor estaban las últimas personas que había querido ver. Allí estaba Lucius Malfoy, con una apariencia tan compuesta como siempre, aunque el brillo de sudor en los bordes de su frente y la forma en que su leve sonrisa parecía que podía romperse en cualquier momento agriaron un poco la imagen del perfecto Lord sangre pura. A su lado estaba Fudge, cuyas manos temblorosas se apretaban la una a la otra hasta ponerse blancas. Había una mujer junto a ellos, él no la conocía, pero su forma severa y con monóculo le recordaba a una McGonagall particularmente enfadada.
“Lord Mortis?” preguntó el Ministro