Los Varios Triunfos de Mischief Bilinski
"Hola, Chris", canta una voz melosa desde atrás.
La atención de Chris se centra en el intruso; su pistola ya está fuera de la funda y apuntando a quien sea —un chico, aparentemente, con el pelo rojizo trenzado, una chaqueta roja y ojos sabios. Lleva una máscara antigas, pero Chris puede deducir por la forma en que se le arrugan los ojos alrededor de los bordes, por la forma en que la arena quemada por el sol se arremolina en sus iris, que está sonriendo.
Chris carga su pistola.
"Mataste a mi padre", dice.
"Sin ofender, pero se lo merecía totalmente", concuerda el desconocido con alegre solemnidad.
"¿Qué demonios haces en mi casa?", exige Chris. El chico está encaramado en el alféizar de una ventana en la oficina de Chris, con la misma naturalidad como si esto fuera algo que hiciera todos los días, como si fueran familiares.
"Solo me preguntaba", el chico habla suavemente, con una divertida ternura tejida con una peculiar resignación, "¿cómo te sentirías al acabar con algunos nazis?"
[O: La historia en la que Stiles viaja al pasado y consecuentemente lo fastidia todo.]