El andrajoso recuerdo de Tom Riddle estaba sentado en el porche del número cuatro de Privet Drive, presionando desesperadamente contra el horrocrux que albergaba en la frente de Harry Potter.
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En la que Harry Potter retrocede sin contemplaciones en el tiempo y se ve obligado a lidiar con Voldemort lloriqueando dentro de su cabeza. Al menos Death tuvo la decencia de disculparse.