Sábados en la Cafetería
“Oye, chico, perdón, no te vi ahí. ¿En qué te puedo ayudar?”
El chico se irgue y se ve aterrorizado por un segundo antes de fruncir el ceño. “No soy ningún maldito chico,” le contesta. Wilbur ríe suavemente, los ojos del chico son azules, le recuerdan a Phil.
“Bien, ¿en qué te puedo ayudar?”
La actitud desafiante del chico desaparece al instante y se ve mucho más nervioso. La postura del chico es pésima, Wilbur se da cuenta, tiene los hombros encogidos y encorvados sobre el pecho casi a la defensiva. Empieza a juguetear con las mangas de su camisa y saca rápida y silenciosamente un billete de cinco dólares, se lo desliza a Wilbur sobre la barra.
“¿Podría tener un- podría conseguir un-“ Hace una pausa, sacude la cabeza y mira hacia arriba. “Hamburguesa y patatas fritas de boniato,” lo dice con una voz segura pero con ojos y lenguaje corporal asustados.
o phil, techno y wilbur son dueños de una cafetería y tommy se convierte en un cliente habitual. Un arco argumental de familia encontrada después y lo adoptan