Su Kidilante
Izuku es un vigilante y, francamente, es lo único bueno de su vida. O por lo menos, ha provocado todas las cosas buenas. Nada le gusta más que patrullar bajo las estrellas con Eraserhead a su lado y Tsukauchi a una llamada de distancia.
Así que, aunque su vida civil por fin le sirva de algo, ahora que va a entrar en la UA con la posibilidad de convertirse en un héroe con licencia real, no puede dejar de ser vigilante.
Del mismo modo, Aizawa no se da por vencido con su Kidilante. El niño ya es suyo desde hace tres años, no hay forma de que esos papeles de adopción a medio completar que están en el cajón de su escritorio se desperdicien. Si tan solo tuviera tiempo de respirar más allá de mantener a su Kidilante a salvo, junto a su nueva clase, que aparentemente atrae a los villanos. Va a ser un año largo.
(Escrito para llenar cada parte de mi patética pequeña alma que solo tenía que escribir «¡Angustiado! ¡pero amable! ¡pequeña porquería! Izuku, que es un vigilante con insomnio y peculiaridad que Aizawa va a adoptar al 100% si tan solo pudiera descubrir su verdadera identidad, pero ahora se niega a obligarlo a salir porque le llevó años ganarse esa confianza, maldita sea, y esperará más si es necesario (idea mía).