Volver a empezar
Shen Qingqiu ahora estaba ligado a él, su vida estaba en manos de Luo Binghe... pero en lugar de sentirse poderoso, el Emperador volvió a sentirse como un niño perdido. Y el llanto de su shizun y su rostro desesperado mientras trataba de proteger su vulnerable cuerpo de cualquier tipo de ataque, no le producía ninguna alegría. Especialmente después de castigar a Qiu Haitang y enterarse de la verdad sobre la condición de esclavo de Shen Qingqiu y sobre su horrible pasado.
¿Qué había hecho...?