¡Mi Sugar Daddy no puede ser un mafioso!
El estudiante y atleta Yuuri Katsuki lucha por equilibrar su entrenamiento, sus estudios y sus gastos. Cuando su compañero de habitación le presenta la lucrativa perspectiva de ser un sugar baby, conoce a Viktor Nikiforov, un hombre enigmático cuyos bolsillos son más profundos que la Fosa de las Marianas. Viktor quiere a Yuuri a cualquier precio y Yuuri está lo suficientemente enamorado como para ignorar el hecho de que, efectivamente, hay una pistola en los pantalones de Viktor.
En el proceso de mantener a Yuuri a salvo, sus amigos no se dan cuenta de las peculiaridades de sus propios benefactores. Por ejemplo, Otabek acaba de firmar su primer contrato exclusivo con un adolescente con problemas de control de la ira y tres guardaespaldas. El abogado "papi" de Chris pasa la mitad del tiempo mimando a Chris y la otra mitad engañando al sistema legal. La sugar mama de JJ es tan comprensiva como psicótica. El estudio del novio de Guang Hong puede ser una tapadera para el tráfico ilegal de armas. ¿Y Phichit?
Bueno, Phichit podría ser su proxeneta.