Culpa en Nuestras Estrellas
Era como un baile, donde estaban en el mismo grupo pero no eran verdaderos compañeros. Orbitaban el uno al otro en un círculo cerrado. Un nudillo recorriendo la curva de su falda. Un abanico rozando su muslo. Una mano rozando otra. Se juntaban solo para que sus alientos se mezclaran y luego divergían a medida que el baile los llevaba en direcciones opuestas. Pero en esos segundos en que se enfrentaban. Era un eclipse. El mundo era suyo, ambos ocultos por un momento en un tiempo que era suyo. Solo suyo.