Mausoleo de los recuerdos
Astarion llevaba años sepultado.
...
El deseo de salir de este lugar siempre fue más fuerte en estos momentos. Era obstinado, pesado, le ahogaba la garganta y le apretaba el pecho, se sentía lleno hasta reventar de este deseo. Se sentía vacío. Antes no le había servido de nada mendigar, suplicar o gritar, pero aun así se las arregló para ahogar una sola palabra entre inútiles respiros de hipo.
«Por favor».
Por primera vez alguien respondió.