Lo mejor de un padre
Jiang Fengmian ya no puede contentarse con la vergüenza de robar miradas y la persistente insatisfacción de las fantasías nocturnas incumplidas. Después de esto, nunca se conformará con agotadoras horas de trabajo sin nada que mostrar.
A partir de ahora, se apoderará de la recompensa que le corresponde con sus propias manos.