Cariño, no me des de comer, volveré...
«Lucifer aún podía recordar la primera vez que vio a Adam. Vívidamente. Era uno de esos recuerdos que nunca parecieron desaparecer del todo. Aquel que inclinó la cabeza en señal de desafío ante el cruel paso del tiempo y se mantuvo firme, negándose a dejarse embotar por algo tan trivial como la eternidad.
Había sido hermoso».
o
Una UA en la que Adán y Lucifer se conocieron un poco más íntimamente durante su estancia en el Edén (y lo que viene después).