Ajustes razonables
Cuando Eddie recibe una llamada telefónica del profesor de ciencias de su hijo sobre adaptaciones razonables, se desencadena una serie de eventos que ponen su vida completamente patas arriba.
«Probablemente debería irme», dice Buck. «Después de todo, es una noche de escuela».
Eddie aprecia su dedicación al deber, pero al mismo tiempo está un poco decepcionado. Le ha devuelto el favor a Buck, así que ahora no es necesario que se vean excepto la noche de padres y maestros. Pero él no quiere eso. Han pasado un puñado de horas y la idea de que Buck no vuelva a venir ya parece imposible. «Mira», dice, dejando que las palabras salgan de su boca antes de que pueda volver a pensarlas demasiado. «No sé ustedes, pero hacer amigos cuando eres un padre soltero con un trabajo increíble es difícil. Tengo tu número. ¿Está bien si lo uso para fines no escolares?»
La sonrisa instantánea de Buck es tan brillante que es prácticamente cegadora. «Eso me encantaría».
