Entrar en el cielo es como entrar en una obra en la que todos ya conocen su objetivo, su papel y su guion, excepto tú. Y cometes el error de ser el centro de atención durante tu debut.
O, te encuentras con Adam en tu primer día y las cosas van en espiral a partir de ahí.
Mataste a un hombre y acabaste contigo en el Infierno. No solo eso, sino que tu forma demoníaca es la de un murciélago vampiro.
Supongo que otro muerde el polvo, ¿no?