Llévame a casa, llévame a casa
Aaron ha estado ocultando partes de sí mismo desde que tenía cuatro años. Las guardaba todas con pestillos viejos y dorados y las metía en lo más profundo de sí mismo. Hasta que no lo ocultaran entre sus órganos y el espacio entre sus costillas, se reduciría hasta convertirse en polvo, para no volver a ser arrebatado. No escaparía a las desesperadas garras de sus manos, no se presentaría para que nadie se lo llevara, ni siquiera bajo su supervisión.
O Aaron Minyard es un omega y lo esconde de todo el mundo. Obviamente se enteran y aquí estamos.